Según una entrevista realizada recientemente a Graham MacGregor profesor de medicina cardiovascular del Instituto Walsom, en Reino Unido. Un consumo demasiado elevado de sal causa diversas afecciones como:
- Aumento de la tensión sanguínea
- Alta probabilidad de padecer cáncer de estómago
- Osteoporosis
Sin embargo el error no esta en consumir sal, si no, no saber en que cantidades consumirla, por ello te detallamos para ti algunos puntos a aclarar sobre el tema.
La sal y el sodio no son lo mismo
La sal de mesa que comúnmente usamos (cloruro sódico NaCl) contiene un 4o porciento de sodio y un 60 sesenta de cloro, es decir que si nosotros consumimos 1 gr de sal realmente 0.40 son solo de sodio.
Lo ideal es que consumamos cada día alrededor de 5 gr. en medidas caseras, son aproximadamente una cucharadita más pequeña que la que usamos para el postre.
Para qué sirve
El sodio se encarga de regular la presión arterial y el volumen de la sangre, además gracias al sodio nuestros nervios y músculos responden rápido y correctamente, por eso los deportistas suelen necesitar niveles más altos de este elemento.
Una deficiencia de sodio en nuestra dieta produce daños cardiovasculares. Y dejando el tema de la tensión arterial de lado, reducir el sodio de forma drástica perjudica otros parámetros de nuestro cuerpo como los niveles de trigliricéridos o la resistencia a la insulina.
Equilibrio entre sodio y potasio
La solución por tanto no está en reducir el sodio, si no en buscar un equilibrio entre nuestros niveles de sodio y potasio. Una dieta baja en sodio puede ser más peligrosa que una dieta normal en sodio (según los niveles de la OMS) en personas que tienen hipertensión.
Consumir una adecuada cantidad de potasio y mantener los niveles de sodio mediante las recomendaciones diarias es la mejor alternativa.
Recomendaciones para reducir la sal sin eliminarla totalmente
- Evita el consumo de los alimentos procesados
Más del 70% de sodio que consumimos provienen de los alimentos procesados que comemos. Hay que tenerlo en cuenta porque cuando nosotros cocinamos podemos “controlar” la cantidad de sal que echamos, pero no ocurre igual con los alimentos envasados.
Debes vigilar la ingesta de pan, este tiene también medidas considerables de sal, los embutidos y los quesos.
- Usa sal baja en sodio
La sal baja en sodio contiene la mitad de sodio que la sal refinada. Por otro lado la sal marina tiene un sabor más potente, por lo que se puede agregar menos sal a la hora de potenciar el sabor.
- Sazona con especias
Si usamos especias para condimentar los platos estaremos reduciendo el consumo de sodio a la vez que incluimos nuevos sabores en ella, es la mejor y más sana forma manera de potenciar el sabor del alimento sin dañar nuestras arterias.
- Cocina los platos al vapor
Con esta técnica el alimento no entra en contacto con ningún otro por lo que se mantiene el contenido de sodio del propio alimento y no resulta tan soso.
- Elige la fruta para comer entre horas
No tienen sodio y son mucho más saludable que cualquier alimento procesado. Por otro lado, las frutas secas en láminas tipo aperitivos son una fuente de sodio, huye de ellas y opta siempre por las frutas frescas.
- Añade sal en el momento oportuno
- En los cocidos es mejor no echar sal hasta el final
- En los guisos se puede añadir una pizca al principio para que las fibras de la carne se rompan y puedan mezclarse los jugos, sin embargo, no añadiremos más sal hasta que esté lista la cocción
- En el caso de filetes o piezas pequeñas de carne y pescado es mejor condimentar al final, quedarán más jugosos con menos cantidad de sal.
- Los caldos o potajes tienen gran intensidad de sabor porque se debe dejar reposar un tiempo, por eso, es mejor no echar sal hasta que se vaya a servir. Lo mismo ocurre con platos que se dejan en la nevera para el día siguiente, el frío potencia el sabor de los alimentos y es mejor rectificar de sal en la mesa.
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